El éter hoy vinculado con la energía oscura, es responsable de la aceleración del universo, por la que éste se expande, se hace más frio y ausente de materia. En un guiño al tiempo y la distancia, este entorno lleno de perspectivas atmosféricas, nos invitan a mirar hacia el pasado y reflexionar sobre la historia de estas montañas latinoamericanas, formadas por tierras cargadas de vida y muerte, regadas con la sangre de toda una época.
Las montañas blanquecinas se trasforman en el escenario ideal para evocar los fantasmas del pasado, conjurándolos para así, apaciguar su ausencia.
“yacija: de yacer, un lugar en el mundo para morir”.