En las zonas rurales de Colombia es normal toparse con casa abandonadas, construcciones consumidas por el tiempo y el entorno natural al punto de perder su estructura original; Se trata entonces de una ambigüedad entre lo orgánico y lo artificial que todavía conserva vestigios del hombre, pero que ahora son reclamados por la naturaleza, un no lugar testigo de la belleza que hay en la ruina y los secretos que esconden los escombros.
Texto Melina Berkenwal